Colores

Los colores para las distintas categorías se basan en la teoría del contracolor, que procede de tres dimensiones sensoriales (componentes blanco-negro, azul-amarillo y rojo-verde), las cuales el ojo puede mejor diferenciar (Shapley 1990, Sharpe et al. 1990,Gegenfurtner & Sharpe, 1999).

Los colores en una constelación clásica

En la teoría del color de Berlin & Kay (1969) la asignación de colores a las categorías individuales no es arbitraria, sino cronológica según van apareciendo expresiones lingüísticas que los designan.

Los conceptos nominales por lo tanto obtienen el color “rojo”, ya que éste es universalmente codificado lingüísticamente como el primer color, los adjetivos o dimensiones conceptuales y los adverbios o contextos situacionales obtienen, debido al hecho de que ambos o bien especifican otros elementos (sustantivos) más estrechamente o bien incrustan lingüísticamente los colores “amarillo” y “verde”, los cuales son ambos resultados de la sinestesia. Ambos colores denotaban originalmente el sabor (ver esp. amarillo < del latín vulgar amarellus amarus ‘amargo’) o el grado visual de madurez (ver esp. verde < del latín viridis ‘fresco, joven, inmaduro’) de los alimentos.

Las situaciones o verbos en la tradición convencional, debido a su especial significado, también obtienen un color cuya percepción como matiz del negro (un color primordial) había estado presente durante mucho tiempo, pero cuya codificación lingüística encontró su camino en los diversos idiomas relativamente tarde y en su mayoría sólo a través de situaciones de contacto lingüístico (esp. azul < del árabe lāzawárd ‘lapislázuli’; francés bleu < raíz germánica *bláwu ‘pálido’, Knausen (2012), Roberts & Pastor (2017), www.cnrtl.fr/etymologie/, www.etymonline.com.

El hecho de que existan situaciones en diferentes grados de gramaticalización (cf. “tener” como verbo completo, auxiliar temporal y cópula transitiva), en las que se plantea la cuestión de si aquí está presente un mismo verbo o si ya existen variantes diferentes (Eco, 1968), puede ilustrarse bien contrastando las diferencias en la codificación lingüística con los diferentes tonos de azul.

Visualización de diferentes grados de gramaticalización del verbo