El sustantivo aparece antes del verbo, adjetivo y adverbio. Para justificar la primacía de la nominalización, nos basamos principalmente en Reboul (2007), Fitch (2010), François (2017 )y Werning (2010). Este último parte de la hipótesis de que los sustantivos concretos, que él llama conceptos desde un punto de vista semántico, se originaron ya en la filogénesis y probablemente también antes que todas las demás clases de palabras. Además, considera que son semánticamente más complejos y que su realización neuronal está más extendida en la corteza que en todas las otras clases (ibíd.). Werning ilustra esto utilizando el ejemplo del concepto de “agua”, que tiene varios componentes perceptivos (cf. [transparente] = visual, [líquido] = háptico, [insípido] = gustativo, etc.) y situacionales ([bebible] = activación motora). Los conceptos atributivos o dimensionales, por otro lado, aparecen estructurados de manera más sencilla y normalmente se refieren a un solo componente perceptivo, el azul, que sólo estimula la percepción visual [color]. También en la adquisición de la lengua materna, el aprendizaje de conceptos nominales (sustantivos) tiene lugar antes que el de los adjetivos (Ingram, 1989; Bloom, 2000) o de los verbos (Barrett, 1995; Barrett & Kurzban, 2006). En contraste con la omnipresencia universal de los sustantivos (Mithun, 2000; Martin 2007), algunos idiomas incluso subsisten sin adjetivos o con un número muy limitado de ellos (Dixon, 1999). Los adjetivos existentes se derivan principalmente de sustantivos o verbos (Givon, 1970). Muchos adverbios se remontan también a una síntesis de sustantivos y adjetivos, cf. lat. clara (Aj.) mente (N) > sp. claramente (Av.).
Reboul (2007) ve las razones de esta jerarquía clasificatoria en la necesidad de codificar lingüísticamente primero la percepción de conceptos concretos y estables (p.ej. personas, animales y cosas) antes de buscar también soluciones lingüísticas para la representación de situaciones estáticas o dinámicas (cf. estados, eventos, acciones) (Reboul, 2007; François, 2017). En la Gramática Visual, los sustantivos se denominan “conceptos”, los verbos “situaciones”, los adjetivos “dimensiones conceptuales” y los adverbios “contextos situacionales”, teniendo en cuenta estas conclusiones:
Las ventajas de esta reclasificación radican, por ejemplo, en la posibilidad de una asignación flexible del infinitivo al grupo de conceptos (N) o a las situaciones (V), dependiendo de la función correspondiente (representada por los diferentes colores de las órbitas) en la expresión:
Diferentes clasificaciones de „comer“ como concepto (N) vs. situación (V)